domingo, 31 de agosto de 2008











De la Miscelánea de Don Juan Pitirijas


Enfermedad humana


¿Por qué lo prohibido generalmente nos resulta más atractivo o más excitante que lo que es perfectamente permitido, licito o está contemplado dentro de la buena moral urbana o de lo que está socialmente reconocido por las instituciones y está protegido por la carta magna? Para muestra basta un botón, ahí tenemos el matrimonio, la institución base de la familia y de la sociedad. Uno cuando es casado, mirando televisión por las noches se enferma de gamofobia y ya no quiere llegar a casa después del trabajo por que se encontrará de nuevo con el esposo o la esposa y la cotidianidad de las cosas, con la monotonía de la relación, por eso, uno mejor prefiere irse en el mejor de los casos a un bar con los amigos o las amigas, pretextando una junta de última hora o atender a un cliente muy importante, en fin, para hablar claro, lo que uno hace es valerse del engaño para irse con el o la amante y así encontrar placer en lo prohibido, entonces se goza y no tanto por pecar si no por el simple hecho de cometer el pecado. Os lo digo por que yo tengo un amigo, el cual esta casado con una maja hermosa, y por amante tiene a una mujer que no se acerca ni si quiera un poco a la belleza y simpatía de su esposa, la amante está un poco pasada de peso, sus rasgos faciales no son muy estéticos, no es muy educada que digamos y sus modales no son precisamente los de una princesa. Él me lo ha dicho, que no se siente muy bien con esa relación, pero que cada que sale con ella se siente diferente, como si estuviera intoxicado, que lo que lo excita es que se trata de una relación prohibida.
Voy a citarles otro ejemplo de esta enfermedad humana, cuando cometemos una infracción de transito y no somos reprimidos por la autoridad, eso nos lleva a reincidir y reincidir encontrando placer en el hecho ominoso, hasta que somos sorprendidos en la comisión del acto ilícito y entonces caemos en el ya muy arraigado vicio social del cohecho sobornando al oficial de transito.
Esta patología es la causante de todos los males sociales que nos aquejan, la corrupción, el nepotismo, la violencia, la impunidad y una gran lista de actos misántropos que nos han puesto al borde de la auto extinción.

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